El ahorro de energía es uno de los máximos objetivos de cualquier vivienda durante los 365 días del año. Tener una instalación eléctrica bien mantenida y unos aparatos eficientes y de última generación ayudan sin ninguna duda a conseguirlo, pero son nuestros hábitos diarios los que realmente determinan el ahorro de energía que somos capaces de conseguir. Sencillos gestos que, cuando los interiorizamos, nos ayudan a reducir considerablemente la factura a final de mes. ¡Veamos cuáles son!
- Luz natural. El sol es nuestro mejor aliado a la hora de reducir la energía consumida, y aprovechar al máximo su luz la mejor costumbre que podemos adquirir. Abre puertas y ventanas para ello, y convierte las estancias mejor iluminadas por el día en aquellas más frecuentadas (el salón o la cocina).
- Stand by. Dejar los aparatos en Stand By puede conllevar hasta un 12% más de consumo al año, algo que es fácilmente evitable tan sólo apagando completamente los electrodomésticos que nos dejen esa opción.
- Cerrar la nevera. Sabemos que la costumbre de ‘picotear’ en la nevera es complicada de superar, pero el consumo de energía de este electrodoméstico aumenta mucho cuando está abierta.
- Planchar todo de una vez. El mayor gasto de la plancha es esperar a que se caliente, por lo que utilizarla una sola vez para planchar todo supone ahorrarnos futuros encendidos.
- Cuidado con la temperatura. No es la primera vez que advertimos que pasarse con la temperatura del termostato (tanto en invierno como en verano) supone derrochar una gran cantidad de energía.